sábado, 5 de mayo de 2007

La palabra flor

LA PALABRA FLOR

Una flor puesta en la palma de una mano o en le pelo, o simplemente en su naturaleza. Sigue siendo una flor, incluso si esta se encuentra marchita aún tiene la forma o en parte la forma, el olor y talvez hasta el color que en un principio tuvo tal flor.
Una flor en la corona fúnebre de un muerto, en un ramillete de amor, en el arreglo floral de alguna ceremonia o celebración, sigue siendo una flor.
Una flor que adquiere distintos significados, un símbolo con distintos significantes.
Las hay de encantos naturales, de papel, de alambre y de plástico, las hay también suaves y delicadas, como también las hay duras, ásperas y punzantes.
Una flor en la metáfora de que es lo ¿qué significa la vida?, o la metáfora de ¿cómo mantener viva una flor?
En una frase se dan vueltas las palabras y así también cambia su significado, pero la palabra flor en el orden que se le coloque, sigue siendo y sigue significando ser una flor.
Cunado comparo a esta pequeña palabra con mi vida, con el hombre, con la mujer, con la persona humana o con la palabra madre. No puedo mas que quedarme quieta y pensar, no puedo mas que querer dormir, olvidar o escapar; pero no puedo hacer nada de esto y en cambio se comprimen las bolsas de mis ojos, explotando el llanto silencioso hacia el interior de mi cerebro buscando respuestas y éste humeando de esfuerzo recopila imágenes del pasado o bien se pone un poco futurista y creativo; pero las imágenes no responden mas que a los propios anhelos o deseos, entonces el llanto y la angustia van en busca de respuesta y consuelo al corazón, o lo que generalmente llamamos la llave del alma.
¿Y si ahora comparo la palabra alma con la palabra flor? Me encuentro con una metáfora dentro de una pregunta y una comparación que ya lo son.
Entonces siguiendo con el relato del llanto, cuando la pregunta y la angustia llega al corazón, y esa comparación que en un principio fue inocente, se transforma en dolor, en mi propio dolor existencial; a la flor cambiándole el color, la forma, dándole o quitándole olor, muriéndose, etc. no cambia su esencia de flor. A la persona en cambio dándole todas las transformaciones posibles, o bien cuidándole para mantenerle siempre igual, su esencia cambia junto con la destrucción de su seguridad interna y con lo que pueda conocer de placer, valor, lealtad y amor. La esencia de la persona va cambiando con más rapidez a medida que surgen nuevas tecnologías y la ambición de poder y de adquisición se come a la esencia de la persona por mantener viva la flor.

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